15 de diciembre de 2021

Diario de Santa Faustina,  119;1

 

 Según mi opinión y mi experiencia, la regla del silencio debería estar en el primer lugar. Dios no se da a un alma parlanchina, que como un zángano en la colmena zumba mucho, pero no produce miel. El alma hablantina está vacía en su interior. No hay en ella ni virtudes fundamentales, ni intimidad con Dios. Ni hablar de una vida más profunda, ni de una paz dulce, ni del silencio en el que mora Dios.

 


 

 

 

14 de diciembre de 2021

Diario de Santa Faustina,  118; 1

 

 La lengua es un órgano pequeño, pero hace cosas grandes. Una religiosa que no es callada, nunca llegará a la santidad. No se haga ilusiones; a no ser que el Espíritu de Dios hable por ella, en tal caso no debe callar. Pero para poder oír la voz de Dios, hay que tener la serenidad en el alma y observar el silencio, no un silencio triste, sino un silencio en el alma, es decir el recogimiento en Dios. (…)

 


 

13 de diciembre de 2021

Diario de Santa Faustina,  117; 3

 

(...) Es un gran defecto de la vida religiosa y de la vida en general que, al ver a un alma en sufrimiento, siempre se tiene ganas de agregarle aún más. No hablo de todos, pero sí existen. Nos permitimos hacer juicios de todo tipo y hablamos allí donde muchas veces no deberíamos repetirlo.

 


 

12 de diciembre de 2021

Diario de Santa Faustina, 116; 2

 

(…) Más de una vez mi alma gritó hacia Dios, como un niño pequeño grita con todas sus fuerzas cuando la madre tapa su rostro y él no la puede reconocer. Oh Jesús mío, por esas pruebas de amor, sea gloria y honor a Ti. Tu misericordia es grande e inconcebible. Oh Señor, todos Tus proyectos respecto a mi alma están llenos de Tu misericordia.


 

11 de diciembre de 2021

Diario de Santa Faustina,  117; 2

 

 (...) Si las hermanas o las Superioras supieran o sospecharan que el alma dada está soportando esas pruebas y a pesar de eso, por su parte le agregaran sufrimientos, pecarían mortalmente y Dios Mismo pediría por esta alma. No hablo aquí de los casos que por su naturaleza son pecados, sino que hablo de algo que en otro momento no sería pecado. Tengamos cuidado de tener a aquellas almas sobre nuestra conciencia.