29 de octubre de 2021

Diario de Santa Faustina,  104; 1

 

Quiero decir también que, aunque mi alma ya estaba bajo los rayos de su amor, no obstante, las huellas del suplicio soportado quedaron en mi cuerpo dos días más. Solo Jesús sabe lo que sufrí. Comparado con la realidad, es pálido lo que he escrito. El recuerdo del martirio sufrido me da escalofríos. No hubiera creído que es posible sufrir tanto si yo misma no lo hubiera pasado. Es un sufrimiento totalmente espiritual. (…)

 

 


 

 

28 de octubre de 2021

Diario de Santa Faustina,  103

 

 Al entrar en la capilla, sentí como si todo se hubiera alejado de mi alma; como si yo hubiera salido recientemente de la mano de Dios, sentí que mi alma era intangible, que yo era una niña pequeña. De repente vi interiormente al Señor quien me dijo: "No tengas miedo, hija Mía, Yo estoy contigo". En aquel mismo momento desaparecieron todas las tinieblas y los tormentos, los sentidos fueron inundados de una alegría inconcebible, las facultades del alma colmados de luz.

 


 

 

27 de octubre de 2021

Diario de Santa Faustina, 102; 2

 

 (…) La Maestra se dio cuenta inmediatamente del estado de mi alma, me habló de la inconcebible misericordia de Dios y dijo: "No se preocupe por nada, hermana, se lo ordeno en virtud de la santa obediencia." Y continuó: "Ahora veo que Dios la llama a una gran santidad, el Señor la desea tener cerca de sí, permitiendo estas cosas, tan pronto. Sea fiel a Dios, hermana, porque esto es señal de que la quiere tener en lo alto del cielo." Pero yo no entendí nada de estas palabras.

 


 

26 de octubre de 2021

Diario de Santa Faustiana, 101; 3

 

 (…) Cuando el alma ha sido compenetrada totalmente por este fuego infernal, cae en la desesperación. Cuando mi alma comenzó a hundirse en la desesperación, sentí que estaba llegando mi agonía, entonces cogí un pequeño crucifijo y lo estreché fuertemente en la mano; sentí que mi cuerpo iba a separarse del alma. Pronuncié las últimas palabras, confío en Tu misericordia, y me pareció que había impulsado a Dios a una ira aún mayor, y me hundí en la desesperación, y solamente de vez en cuando de mi alma irrumpía un gemido doloroso, un gemido sin consuelo. (…)

 


 

 

25 de octubre de 2021

Diario de Santa Faustina,  102; 1

 

Después de un largo momento, al entrar en la celda una de las hermanas me encontró casi muerta. Se asustó y fue a la Maestra que en virtud de la santa obediencia me ordenó levantarme y en seguida sentí las fuerzas físicas y me levanté del suelo, temblando toda. (…)