Diario de Santa Faustina, 218
Hoy empiezo los ejercicios espirituales. Jesús, Maestro mío, guíame, dispón de mí según Tu voluntad, purifica mi amor para que sea digna de Ti, haz de mí lo que desea Tu misericordiosísimo Corazón. Jesús, en estos días estaremos a solas, hasta el momento de nuestra unión; mantenme, Jesús, en el recogimiento del espíritu.